lunes, 14 de mayo de 2012

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Últimamente paso gran parte del día encerrada entre libros. A excepción de unas pocas personas, no hablo con nadie y las palabras que cambio con esas personas no pueden considerarse realmente palabras. Sé que eso no está del todo bien, pero también sé que ellos no van a poder darme lo que deseo.
Así que vivo encerrada en el mundo de los libros. En ese mundo puedo ser lo que quiera que esté leyendo, puedo vivir todas las aventuras que desee. Por unos días soy el vampiro que no puede soportar la eternidad, que perdió todo aquello en lo que creía y vive atormentado por su figura monstruosa. También puedo ser esa valiente doncella que, sin pensarlo, deja atrás todas sus pertenencias y se lanzá a los brazos de quien será su principe azul, su amor eterno.
Y mientras tanto, mientras soy tantas personas diferentes, me alejo cada vez más de está exitencia sin sentido, convirtiendola en el más romántico y dulce olvido...

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